En agricultura profesional, no todos los microorganismos sirven para todo. Su eficacia depende del problema a tratar, del momento fenológico del cultivo, del tipo de suelo, del cultivo en cuestión y del método de aplicación. En este artículo te ayudamos a elegir el microorganismo adecuado según el problema que estás teniendo en campo, con base técnica, casos reales y recomendaciones de uso.

1. Hongos de suelo: Fusarium, Phytophthora, Pythium…

Microorganismos recomendados:

• Trichoderma spp.
• Pseudomonas fluorescens
• Bacillus subtilis

Los hongos fitopatógenos del suelo afectan la raíz y la base del tallo. Trichoderma actúa como antagonista directo, compitiendo por espacio y nutrientes, además de secretar enzimas hidrolíticas como quitinasas y glucanasas que destruyen las paredes celulares de los hongos patógenos. Pseudomonas fluorescens y Bacillus subtilis producen antibióticos naturales (como 2,4-diacetilfloroglucinol o surfactina) y compuestos volátiles que inhiben el crecimiento fúngico, al tiempo que inducen resistencia sistémica en las plantas.

2. Nematodos: Meloidogyne, Pratylenchus, etc.

Microorganismos recomendados:

• Purpureocillium lilacinum (antes Paecilomyces lilacinus)
• Pochonia chlamydosporia
• Bacillus firmus

Estos organismos tienen acción nematicida a través de diversos mecanismos. P. lilacinum y P. chlamydosporia parasitan huevos de nematodos, impidiendo su eclosión y reduciendo la población. Bacillus firmus produce lipopéptidos y enzimas que afectan la movilidad y viabilidad de nematodos, además de mejorar la salud radicular al estimular el crecimiento de pelos absorbentes.

3. Gusanos y larvas de lepidópteros (Spodoptera, Helicoverpa…)

Microorganismos recomendados:

• Bacillus thuringiensis (Bt)
• Metarhizium anisopliae

Bacillus thuringiensis sintetiza cristales proteicos (Cry y Cyt) que, al ser ingeridos por larvas, provocan la lisis del epitelio intestinal y la muerte del insecto. Su especificidad lo hace muy seguro para fauna benéfica. Metarhizium anisopliae, en cambio, actúa por contacto: sus esporas germinan sobre el tegumento del insecto, penetran y lo colonizan internamente.

4. Insectos chupadores: mosca blanca, trips, pulgones

Microorganismos recomendados:

• Beauveria bassiana
• Lecanicillium spp. (anteriormente Verticillium lecanii)
• Metarhizium

Estos hongos entomopatógenos infectan por contacto, atravesando el exoesqueleto del insecto y provocando su muerte por colonización interna.

Beauveria bassiana es eficaz contra Trialeurodes vaporariorum y pulgones, Lecanicillium spp. presenta alta eficacia contra trips (Frankliniella occidentalis), especialmente en condiciones de alta humedad relativa, y Metarhizium ha demostrado un control eficaz sobre diferentes insectos chupadores gracias a su rápida germinación y adhesión a la cutícula.

5. Ácaros: araña roja, vasates

Microorganismos recomendados:

• Lecanicillium lecanii
• Beauveria bassiana
• Purpureocillium lilacinum
• Fusarium pseudoanthophilum

Aunque los ácaros presentan mayor resistencia a los hongos entomopatógenos, algunos aislamientos de Lecanicillium y Beauveria han mostrado capacidad para reducir sus poblaciones, especialmente cuando se aplican en programas preventivos y en combinación con estrategias de manejo integrado.

Purpureocillium lilacinum y Fusarium pseudoanthophilum aportan mecanismos complementarios, como la producción de enzimas quitinolíticas y la colonización competitiva de la superficie vegetal, que refuerzan el control en situaciones de alta presión.

6. Estrés abiótico: calor, salinidad, fitotoxicidad…

Microorganismos recomendados:

• Bacillus amyloliquefaciens
• Azospirillum brasilense
• Pseudomonas putida
• Bacillus altitudinis

Estos PGPRs (rizobacterias promotoras del crecimiento) inducen tolerancia al estrés mediante la producción de fitohormonas como ácido indolacético (AIA), citoquininas y ácido abscísico, además de mejorar la captación de agua y nutrientes. Azospirillum destaca por su asociación con gramíneas, mientras que Bacillus, Pseudomonas y Bacillus altitudinis son más versátiles en distintos cultivos. Bacillus altitudinis, además, incrementa la actividad antioxidante de la planta y su tolerancia a suelos salinos o degradados.

7. Suelo empobrecido, post-químicos

Microorganismos recomendados:

• Consorcios microbianos derivados del humus de lombriz
• Actinobacterias (como Streptomyces spp.)
• Micorrizas arbusculares (Glomus spp.)
• Bacillus altitudinis

Estos organismos mejoran la actividad biológica del suelo, aumentando la biodiversidad funcional. Las micorrizas forman simbiosis con las raíces, aumentando la absorción de fósforo, agua y micronutrientes.

Las actinobacterias contribuyen a la mineralización de la materia orgánica y producción de metabolitos bioactivos. Bacillus altitudinis, por su parte, favorece la rehabilitación estructural del suelo y acelera los procesos de recuperación microbiológica tras aplicaciones químicas intensas.

8. Carencias de nutrientes (NPK y microelementos)

Microorganismos recomendados:

• Bacillus altitudinis
• Bacillus megaterium
• Azotobacter spp.
• Glomus spp. (micorrizas)
• Humus líquido

Bacillus altitudinis y B. megaterium solubilizan fósforo y potasio, aumentando su disponibilidad para la planta. Azotobacter fija nitrógeno atmosférico de forma libre. Las micorrizas, además de aumentar la absorción de fósforo, generan glomalina, una proteína que mejora la agregación del suelo. El humus líquido aporta un consorcio equilibrado de microorganismos beneficiosos y ácidos húmicos que mejoran la estructura del suelo, favorecen la retención de nutrientes y estimulan el desarrollo radicular.

Guía técnica de microorganismos según el problema del cultivo

Cómo elegir el microorganismo adecuado según el problema del cultivo:

Descarga aquí la tabla completa de problemas agrícolas, microorganismos recomendados, modo de acción y forma de aplicación para un manejo biológico más eficaz.

Conclusión

Elegir correctamente el microorganismo según el problema agronómico es fundamental para aplicar la microbiología de forma eficaz, segura y rentable. La selección debe basarse en datos técnicos, compatibilidades, modos de acción y características del entorno. Esta práctica es la base de una agricultura regenerativa, eficiente y alineada con las exigencias productivas actuales.

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