Una parte importante de los biofertilizantes, a diferencia de los fertilizantes químicos convencionales, utilizan microorganismos vivos que benefician la salud del suelo y el desarrollo de las plantas. Estos microorganismos, al establecer relaciones simbióticas y competir con patógenos, ayudan a reducir el uso de insumos químicos y promueven una agricultura más sostenible. A continuación, presentamos algunos de los microorganismos más efectivos en agricultura, cada uno con una función particular que potencia el crecimiento y protección de los cultivos.
1. Bacillus altitudinis: Nutrición y Resistencia
Bacillus altitudinis es un microorganismo promotor del crecimiento vegetal (PGPR) que destaca por su capacidad para mejorar la absorción de nutrientes esenciales en las plantas. Este microorganismo libera enzimas y compuestos que solubilizan fósforo, potasio y otros nutrientes del suelo, facilitando su asimilación por las raíces de las plantas. Además, Bacillus altitudinis produce sideróforos, moléculas que ayudan a capturar hierro del suelo, aumentando así la disponibilidad de este nutriente vital para el crecimiento y fortalecimiento del sistema inmunológico de las plantas. Su aplicación regular en biofertilizantes permite optimizar la nutrición de los cultivos, mejorando tanto su productividad como su resistencia frente a factores de estrés abiótico, como la sequía y la salinidad.
2. Beauveria bassiana: Refuerzo de las Defensas Naturales de la Planta
La Beauveria bassiana contribuye significativamente a la salud de las plantas al estimular sus defensas internas. Al colonizar el entorno de las raíces, este hongo desencadena en la planta respuestas defensivas que refuerzan sus barreras naturales contra agresores bióticos. Esto crea una “preparación” en la planta para afrontar situaciones de estrés. Beauveria bassiana se convierte en un componente importante del sistema de defensa de la planta, ayudando a reducir su dependencia de productos sintéticos.
3. Metarhizium robertsii: Defensa Natural y Mejora de la Estructura del Suelo
Metarhizium robertsii es otro microorganismo que fortalece la salud del suelo y la resistencia de las plantas. Este hongo contribuye a la creación de agregados en el suelo, mejorando la aireación y la retención de agua, lo cual es crucial en suelos compactados o de baja calidad. Además de establecerse en el entorno de las raíces, Metarhizium robertsii coloniza el sistema vascular de la planta , gracias a su habilidad endófita, permitiendo al cultivo disminuir la presencia de agentes indeseables. La combinación de su efecto en el suelo y en las defensas de la planta hace que este hongo sea fundamental para la resiliencia y el crecimiento saludable de los cultivos.
4. Bacillus thuringiensis: Aumento de la Resiliencia de la Planta
Bacillus thuringiensis, desempeña un rol importante en biofertilizantes para mejorar la resiliencia general de las plantas. Este microorganismo contribuye a la creación de compuestos que estimulan las defensas naturales de la planta, ayudándola a responder con mayor eficacia a condiciones adversas. Gracias a la acción de Bacillus thuringiensis, las plantas desarrollan tejidos más resistentes y adaptados, aumentando su capacidad de adaptación en entornos difíciles sin necesidad de insumos químicos.
5. Pseudomonas spp.: Estimulación del Crecimiento y Fortalecimiento del Sistema Radicular
Las bacterias del género Pseudomonas son reconocidas por su capacidad para producir hormonas vegetales, como el ácido indolacético, que promueven el desarrollo de raíces fuertes y sanas. Además, Pseudomonas spp. producen sideróforos y compuestos antibacterianos naturales que ayudan a mantener un entorno saludable en la rizosfera, lo cual refuerza el sistema de defensa de la planta. La acción de Pseudomonas mejora la absorción de nutrientes y permite que la planta crezca de manera óptima en condiciones de estrés abiótico, fortaleciendo su sistema de defensa natural y promoviendo su longevidad.
Conclusión
El uso de biofertilizantes enriquecidos con microorganismos no solo marca un avance importante hacia una agricultura más limpia y sostenible, sino que redefine las prácticas agrícolas al proporcionar alternativas naturales para mejorar la salud del suelo y la resistencia de los cultivos. Además de promover una fertilización eficiente, estos microorganismos juegan un papel fundamental en la regeneración del suelo, la estabilización de los ecosistemas agrícolas y la reducción del impacto ambiental de la agricultura intensiva.
La incorporación de biofertilizantes a base de microorganismos como Beauveria bassiana, Metarhizium robertsii, Bacillus altitudinis, Bacillus thuringiensis y Pseudomonas spp. no solo optimiza la nutrición de las plantas, sino que también ayuda a mitigar los efectos de las prácticas agrícolas intensivas, como el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas. Con el tiempo, estos productos pueden contribuir a la recuperación de suelos degradados, restaurando su estructura y función natural, y promoviendo un ciclo de nutrientes más equilibrado.
Estos microorganismos también tienen la capacidad de interactuar con el microbioma del suelo, promoviendo comunidades microbianas más diversas y resilientes. Esta diversidad microbiana es clave para mejorar la eficiencia en la absorción de nutrientes, ayudando a las plantas a soportar condiciones de estrés sin comprometer su salud. Además, la acción de estos microorganismos en el suelo fomenta una mayor retención de carbono y una reducción en la liberación de gases de efecto invernadero, lo que los convierte en aliados para la mitigación del cambio climático.
¿Por qué elegir biofertilizantes con microorganismos?
Al elegir biofertilizantes con estos microorganismos, los agricultores no solo aumentan la productividad y la calidad de sus cultivos, sino que también contribuyen a la salud a largo plazo de los ecosistemas. Los biofertilizantes representan un enfoque de agricultura regenerativa que se centra en la preservación y mejora de los recursos naturales, generando un impacto positivo tanto en la economía agrícola como en la sostenibilidad ambiental. La apuesta por una agricultura basada en microorganismos es, sin duda, un paso decisivo hacia un futuro donde el rendimiento agrícola y el respeto por la naturaleza pueden coexistir en equilibrio.
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