7 mitos del Humus sólido de lombriz

 

El humus sólido de lombriz es un abono orgánico obtenido por medio de la transformación de materia orgánica gracias a la acción de la lombriz roja californiana (Eisenia foetida).

Pero a pesar de ser un producto que ha estado presente en los cultivos de una manera natural, sigue siendo el gran desconocido y suscita a su alrededor muchas ideas falsas que nada tiene que ver con la realidad del producto.

Por todo esto, presentamos una lista con 7 ideas equivocadas que tiene el mundo agrícola sobre el Humus sólido de lombriz para, de este modo, poder desmitificarlas.

 

1. Es un abono como otro cualquiera

El humus de lombriz no es comparable con los abonos químicos que existen en el mercado, es un producto que va más allá. Está compuesto por el carbono, el oxígeno, nitrógeno y todos los macro y microelementos que se utilizan en origen.

La microflora benéfica contenida en el humus de lombriz, no es comparable con ningún abono similar ya que contiene hasta dos billones de colonias por gramo de muestra. Esta cantidad de microorganismos hace que sea el mejor inoculador de vida en los suelos.

 

2. Lo más importante del humus es la materia orgánica

La materia orgánica del humus es de una calidad extraordinaria. Sin embargo, como ya hemos visto, lo que más puede favorecer al cultivo es el hecho de que se trata de una importante fuente de microorganismos benéficos para el suelo como: hongos, bacterias, actinomicetos y algas. Todos estos se encargan de solubilizar nutrientes para que la planta los pueda aprovechar.

Su acción antibiótica, creada por esa comunidad microbiológica beneficiosa, aumenta la resistencia de las plantas a plagas y agentes patógenos.

Sus efectos son perfectamente visibles: aumenta notablemente el porte de las plantas, árboles y arbustos en comparación con otros ejemplares de la misma edad.

 

3. El Humus de lombriz es igual al compost normal

Quizá se pueda confundir a simple vista con el compost normal, que es aquel que ha seguido un proceso de compostaje solamente por microorganismos y hongos, ya que tiene un aspecto parecido.

Sin embargo, se le puede diferenciar por el olor a tierra de bosque, que en ningún caso debe ser desagradable. Posee una textura fina que se si aprieta forma agregados.

Pero donde estriba la diferencia no es tanto en el aspecto como en las propiedades que aporta a los cultivos: una microflora beneficiosa, con una buena estabilidad del producto y un grado de descomposición tal que la materia ya no sufre grandes transformaciones.

 

4. Puede quemar las plantas

Esta idea está muy extendida pero como ya hemos podido intuir es falsa. El Humus sólido de lombriz aporta una materia orgánica tan estable y descompuesta que no afecta negativamente a las raíces de las plantas.

Por ello, es muy habitual en plantaciones hortícolas, que en el mismo hoyo de plantación se aporte el producto, para que esté en contacto con las raíces de las plantas. De este modo, puede prevenir las enfermedades y evita el shock debido a las heridas o los cambios bruscos de temperatura.

Con todo esto, se mejora el enraizamiento y favoreciendo que los microorganismos se asocien a las raíces promoviendo una mejor nutrición.

 

5. El Humus solo tiene efecto a nivel radicular

Lo cierto es que, si bien el Humus tiene un efecto inmediato en las raíces, la planta sale beneficiada de una manera menos evidente.

Recientes investigaciones demuestran que la incidencia de enfermedades de hongos a nivel foliar es mucho menos acusada debido a una mejora de salud general de la propia planta.

Pero los efectos del Humus van más allá de la salud, puesto que el beneficio también se puede notar en los frutos obteniendo una mejor consistencia, un mayor peso, mayor grados Brix y una durabilidad del fruto mucho más acusada de lo obtenido mediante abonos tradicionales.

 

6. Es un producto no adecuado para todas las plantas

Al tratarse de un producto que se encuentra presente, con más o menos asiduidad, en la naturaleza, nos hace ver que es beneficioso para cualquier tipo de planta ya sea en cultivos o decorativas. 

No solo puede hacer que la sanidad del sustrato sea la mejor, sino que aporta una materia orgánica que retiene mejor los nutrientes que cualquier otro tipo de sustrato que podamos comprar.

 

7. Es un producto nuevo

Sus orígenes se remontan muy atrás en el tiempo. Los egipcios tenían gran devoción por las lombrices y tenían claro que gracias a estos animales existía la fertilidad del valle del Nilo.

Más tarde, en la antigua Grecia, Aristóteles bautizó a las lombrices con intestinos de la tierra, por su gran movilidad dentro del suelo y por ser una parte importante del suelo. Los griegos ya eran conscientes de la utilidad dentro del ecosistema que tienen estos animales.

Sin embargo, no es hasta la llegada de Charles Darwin cuando la lombriz adquiere el peso actual.  Tras sus investigaciones concluyó que las lombrices son las responsables de la formación del manto vegetal y que este es producto de su actividad digestiva. Todos sus estudios fueron publicados en un libro, que asombrosamente tuvo más ventas que El origen de las especies.

Desterrando estos mitos hemos podido comprobar que el Humus sólido de lombriz no es sólo un abono más, sino que posee unas cualidades tan extraordinarias en cuanto a salud, nutrición y mejora del suelo que otros fertilizantes y abonos no le pueden hacer sombra.

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